- En primer lugar, ¿es Canarias una colonia?
Sin lugar a dudas, si analizamos las estructuras socioeconómicas y los problemas de la economía canaria el cuadro es colonial. Vemos factores como el monocultivo, la dependencia, la falta de un sector financiero propio y desarrollado y una élite que se asocia a empresas foráneas o se crean quasi-monopolios que generan mercados cautivos a fin de explotar a consumidores, trabajadores, y recursos. Vemos una economía colonial.
Además vemos que se gobierna mediante el clientelismo político y el secuestro o “Captura del Estado”, independientemente de que gobiernen izquierdas o derechas, en una relación endogámica entre el poder político y unas oligarquías insulares dependientes de dicho poder para su supervivencia porque no son competitivas. Esto da lugar a una economía proteccionista imponiendo restricciones administrativas a las entradas de productos y nuevas empresas, tremendamente intervencionista a través de ayudas, subvenciones y burocracias de todo tipo, en la que el Estado es el principal cliente al que accede principalmente una élite a través del clientelismo y la corrupción política. Lo que acabamos de describir es un sistema económico fascista, y es lógico ya que todo régimen colonial es en cierta forma fascista.
- ¿Qué opinión te llevas de las diversas presentaciones que has realizado de tu libro “Canarias con Futuro”?
Hemos realizado una primera ronda de presentaciones que finalizaremos el miércoles 28 de julio en Arrecife. Sabíamos que el mensaje del libro es complejo ya que teníamos que romper muchos prejuicios e ideas preconcebidas. Por ello renunciamos a tratar de explicar en detalle la solución propuesta y tratamos de simplificar el mensaje a unas pocas ideas principales.
En el fondo lo que queríamos era empezar a despertar en la clase media el espíritu crítico y la reflexión sobre la realidad canaria en toda su crudeza. También queríamos transmitir que la independencia de Canarias no tiene porque ser algo disparatado, sino que puede ser una propuesta seria sin extremismos ni folclorismos, una alternativa perfectamente realista y de sentido común que merece ser considerada y estudiada.
Creo que esos objetivos iniciales los estamos empezando a conseguir, más adelante entraremos en una nueva fase en la que las presentaciones serán mas específicas y sobre temas concretos.
- ¿Qué propones en tu libro?
Lo que digo en el libro es que Canarias tiene solución y es una solución que resolvería los problemas estructurales de la economía canaria. Primero se ha de incrementar la autoestima del canario y su nivel de compromiso con nuestra sociedad. Segundo, acabar con el intervencionismo abusivo y que tiene como resultado la falta de innovación, la baja productividad, la perdida de competitividad, el crecimiento desequilibrado y atrofiado y la obsolescencia. Además hace falta desarrollar un sector financiero propio que pueda estructurar la financiación del resto de los sectores y recuperar la propiedad de lo medios de producción al tiempo que democratizamos la economía. Tercero, la estructuración de un movimiento civil que desemboque en la formación de una alternativa política seria y con visión de Estado. Y cuarto, acabar con la corrupción, el sistema neocaciquil, las estructuras de dependencias, el clientelismo, y esto no es sino reforzar la gobernanza y recuperar el dinamismo y el equilibrio social, económico y ecológico de nuestra tierra.
Algunos califican mi propuesta de neoliberal pero en realidad es una solución técnica que tiene tanto una vertiente liberal como una vertiente social. En lo social nos fijamos en las políticas de los países nórdicos, con apoyo al trabajo, la familia, la educación y la innovación. Podríamos incluso calificarla de liberalismo social y seria aceptable tanto desde el punto de vista del centro izquierda como del centro derecha.
La solución técnica de la que hablamos está condicionada a la necesidad de gestionar el doble superávit fiscal y comercial que la independencia y la explotación de nuestros recursos produciría. Para ello nos fijamos en otros países con recursos naturales como Noruega o Chile, y las medidas que han empleado para evitar la maldición de los recursos naturales y la denominada enfermedad holandesa.
- ¿Cómo has visto la situación de Canarias desde Suiza?
Al tomar un poco de distancia muchas veces las cosas se suelen ver más claras y de forma más desapasionada. Yo suelo analizar las cosas desde una perspectiva de lo que en finanzas se denomina “Global Macro”, o lo que es lo mismo desde un punto de vista geopolítico, macroeconómico y geoestratégico. Esto significa analizar las grandes tendencias mundiales, las relaciones macroeconómicas entre países y las dinámicas de sectores o industrias a nivel global.
Realizando este análisis queda claro las enormes oportunidades potenciales de Canarias en el siglo XXI, por lo que la pregunta es si Canarias tiene el marco regulatorio e institucional adecuado para aprovechar dichas oportunidades. Desgraciadamente la respuesta es negativa. Si analizamos que marco institucional y regulatorio que Canarias necesitaría tanto para aprovechar esas oportunidades como para solucionar sus desequilibrios y problemas estructurales vemos que es incompatible con la pertenencia al Estado Español.
- Respecto al debate “Economía en Canarias, presente y futuro”, celebrado en el Parlamento de Canarias, ¿con qué impresión te quedas?
El debate en el Parlamento no pudo ser todo lo intenso que nos habría gustado, pero en esta fase inicial creo que lo importante era resaltar la necesidad e importancia de desarrollar una estructura institucional y regulatoria adecuada. Hemos conseguido hablar de independencia en instituciones como el Parlamento de Canarias o la Real Sociedad Económica de Amigos del País, y creo que son hitos importantes hacia la normalización y aceptación del discurso soberanista por parte de la sociedad.
Por otra parte se pone en evidencia que existe una nueva generación disidente y critica con el status quo. Tanto Juanjo Martínez como Antonio Olivera son grandes economistas a los que respeto, al igual que a otros profesionales de reconocido prestigio como Antonio Estévez o Miguel Llorca con los que he tenido el placer de compartir tribuna.
- ¿Te sorprendió la reacción del PSOE en Fuerteventura ante la presentación del libro?
No me sorprende la resistencia del PSOE, aunque me sorprendió el comunicado de prensa por su ingenuidad, dogmatismo y simplismo. Tampoco me ha sorprendido los ataques viscerales en contra de mí persona de una parte del independentismo canario de extrema izquierda más radical, es algo de lo que me habían advertido y con lo que contaba.
Como dijo Secundino Delgado: “¡¡Unos nos llamarán locos!! ¡¡Soñadores dirán otros!! no esperemos menos de los que no nos entienden, pero sepan que aun cuando se declaren nuestros enemigos, nosotros seremos sus hermanos”.
Creo que dentro del PSOE hay muchos votantes que pueden perfectamente asumir los postulados propuestos en el libro, ya que existe un componente social. El votante del PSOE asocia nacionalismo con corrupción y con el sistema económico fascista que hemos descrito anteriormente. Pero si bien es cierto que “el nacionalismo es el último refugio del rufián” el problema en Canarias es mucho más complejo, no es un problema de izquierdas o derechas sino un problema estructural fruto de las relaciones de dependencia y estructuras coloniales que padecemos. En mis presentaciones siempre digo que ni siquiera es necesario ser nacionalista para ser independentista.
- Y, para acabar, ¿qué crees que le hace falta al independentismo canario?
Abandonar posiciones marginales y personalismos que no han llevado a ninguna parte, dejarse de esperar lideres mesiánicos, dejarse de confundir la velocidad con el tocino, adoptar un discurso moderado, realista y pragmático. Además de un poco más de disciplina y rigor a la hora de emitir opiniones para que estas sean fundamentadas y se transmita la seriedad que la propuesta independentista ha de tener.